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Entrevista a Anna Ariño Garrié

7 julio 2021

 

1. ¿Dónde naciste?

En la maternidad de Barcelona en mayo de 1951

2. Cómo era tu entorno familiar, social, etc. ¿durante tu infancia y juventud?

No fue fácil, mi padre y mi madre se cambiaron varias veces de lugar de residencia durante mi infancia hasta los 15 años un peregrinar, en nueve destinos... creó inestabilidad emocional, dificultades de amistad, soledad. .. crecí con un padre violento y con una madre educada en un convento por monjas, muy influenciada por su confesor espiritual.

 

3. ¿Este entorno personal promovió o incitó tu posicionamiento feminista?

Sin lugar a dudas, mi infancia y juventud me posicionaron en el feminismo, mi nacimiento y mi infancia me hizo tomar conciencia muy pronto, las experiencias vividas en primera persona de desprecio a las mujeres me hicieron sentir mal desde mucho pequeña.  No aceptaba cómo mi madre y otras mujeres de nuestro entorno vivían con miedo, anuladas por el marido, no eran ellas, las habían excluido; sólo eran aptas para llevar criaturas al mundo y ser criadas del marido y me prometí a mí misma que nunca aceptaría a un hombre maltratador como mi padre.

4. ¿Tu sexo determinó tus estudios y/o tu carrera profesional?

Era difícil en los años sesenta para una chica con el entorno mencionado poder estudiar. Recuerdo que el cura de Alguaire, uno de los pueblos donde viví, propuso a los padres ir interna y poder estudiar: negativa del patriarca. Unos años más tarde, yo misma propongo a papá ir a estudiar ya trabajar a Barcelona: un no rotundo, por aquella época estaba viviendo en un barrio de la periferia de Tarragona. Me espabilé y después de trabajar en fábricas y tiendas, pude entrar a trabajar en el Hospital Juan XXIII, evidentemente después de hacer el servicio social (adoctrinamiento de las mujeres por parte de la sección femenina de la falange española). En este caso, sí el ser mujer  determinó la negativa de mi padre a soltarme a estudiar en Barcelona.

5. ¿Cómo te definirías política, social e ideológicamente? 

Siempre he sido una mujer de izquierdas; es donde me he sentido más cómoda. Mi clase social, soy trabajadora, ahora jubilada. Me considero sobre todo feminista radical, por eso he luchado y sigo haciéndolo contra un sistema que hace miles de años nos ha sometido a las mujeres: el patriarcado.  

6. ¿Cuándo empezaste a interesarte por cuestiones políticas? 

Cuando fui a vivir al barrio de Bonavista-Tarragona, en el año 66 había mucha inmigración que venía de Andalucía y Extremadura, como puedes imaginar, había muchas carencias de primera necesidad. Los y las jóvenes nos reuníamos en el teleclub, un local que pertenecía a la iglesia donde había algún cura obrero. Empecé a implicarme activamente en la lucha social por las necesidades del barrio y la lucha antifranquista por las libertades y por la democracia. Algunos familiares muy cercanos fueron detenidos, torturados y encarcelados. En aquellos años comienza el activismo social y político. Formé parte de la JOC y también de Plataformas Anticapitalismo y también de CCOO. 

7. ¿A la hora de elegir ideología política tuviste en cuenta la consideración que ésta tenía de la mujer? 

No, en aquellos años, como te he comentado, era la lucha contra la dictadura, los partidos eran ilegales, eran las personas que nos organizábamos de diferentes ideologías. Yo guié por este principio, pero sí es cierto que los dirigentes de los partidos en la clandestinidad y el exilio, eran mayoritariamente hombres. También quiero añadir que en aquella época no me sentí rechazada por ser mujer.

8. ¿Qué era más importante para ti, la lucha política o la lucha feminista?

Nunca me sentí inferior a ningún hombre. En aquellos años en las reuniones clandestinas nunca había oído la palabra feminismo, de hecho, todos los libros estaban controlados por el régimen y no teníamos acceso a los libros que en el resto de Europa hablaban de la lucha de las mujeres, estamos hablando de medios de los años sesenta. Ahora sí tienes la opción. A principios de los años setenta es cuando me instalé en Lleida y entré a militar en el PSUC, a finales del 73. En aquellos años continuaban la lucha hombres y mujeres contra el franquismo.  

9. ¿Qué recuerdas eran las reivindicaciones más importantes de aquella época?

En el año 75 un grupo de mujeres de diferentes partidos nos empezamos a organizarnos, creamos la asociación provincial de mujeres nos organizaron en las vocalías de mujeres de los barrios para luchar por mejores condiciones de vida y reivindicar servicios públicos para facilitar mejor condiciones de vida, fue la primera semilla de lucha feminista en Lleida. Al año siguiente serían las primeras jornadas feministas de la mujer en Cataluña. Franco muere en el 75 y las primeras reivindicaciones fueron volver a conquistar los derechos y libertades que tenían en la república, que perdieron durante la dictadura. Derecho al trabajo, al divorcio, derecho al propio cuerpo, el aborto libre, anticonceptivos, educación sexual para salir del concepto de reproductivo como sexualidad, etc. 

 

10. ¿Crees que los partidos de izquierda también eran machistas? 

Los hombres de los partidos de izquierda eran machistas, era el reflejo de la sociedad y la educación del rol que el nacionalcatolicismo nos había adoctrinado. Podría explicar alguna anécdota de algunas compañeras e hijas de comportamientos machistas que hoy serían expulsados ​​del partido o sindicato y también de la relación de compañeros con el feminismo.  

11. ¿Cuál era el papel y la importancia de las mujeres en estas organizaciones políticas (principal-decisorio o secundario)? 

Hablo de los partido y sindicato en los que servidora militaba. Tengo que decir que mi partido lo lideraba una mujer, en las primeras elecciones democráticas y también encabezó la lista del partido, a nivel de cargos por lo general predominaban los hombres, pero las mujeres que no aceptaban el rol de amas de casa nos fuimos implicar en la acción y decisiones que se tomaban formando parte de los comités políticos y dando nuestra opinión, pues la mayoría venían de la lucha clandestina, éstas tenían un papel decisorio. 

12. ¿Le tenían en cuenta a la hora de tomar decisiones o se sentía en una posición de inferioridad? 

Personalmente no me sentí nunca en una posición de inferioridad, es cierto que con algunos compañeros con cargos importantes y fuera de las reuniones les gusta hacer el chiste fácil que encubierto por lo que hoy se llama micromachismos, que no les dejaba pasar ni una, yo les contestaba que para mí la lucha feminista no era cosa de risa, era muy seria.  

 

13. Si es así, ¿eres consciente de ello? ¿Se rebelaba por este motivo o se resignaba?

Sí era muy consciente, las jornadas feministas junto con las compañeras feministas nos había ayudado a abrir los ojos y veíamos con claridad y nos sublevábamos... ¡por supuesto! Conscientemente nunca he sido una mujer resignada.  

14. Si reivindicaba una mejor posición, ¿éraste escuchadas? 

Puedo decir que sí éramos escuchadas y íbamos con cuidado. Otra cosa era el talante de algunos dirigentes que nos daban de menos por el hecho de ser mujeres. Disimulaban... pero recuerdo una anécdota en la que se me cuestionó el hecho de ir la tercera de la lista en unas elecciones municipales; en aquellos años los partidos de izquierdas y sobre todo las mujeres militantes se exigía un porcentaje de mujeres en las listas: decíamos discriminación positiva. Comentario de un dirigente sindical del momento: ¿que debemos poner mujeres florero? En aquella época yo era secretaria general de sanidad en Lleida, presidenta de la Junta de personal del ICS en Lleida, representando en la mesa de negociación de sanidad del ICS de CCOO, responsable de la sección sindical de CCOO del hospital universitario Arnau de Vilanova y responsable de mujeres de ICV en las tierras de Lleida... florero  florero... como que no.

15. ¿Has sufrido discriminaciones por el hecho de ser mujer en el ámbito profesional?

Trabajaba por la administración pública y se cobra según nivel de estudios y el puesto de trabajo  asignado.  

16. ¿En qué momento de tu vida conociste el feminismo y cuándo decidiste hacerte feminista? 

Fue en el año 76 de las Primeras Jornadas feministas en las que participamos y colaboramos activamente. Fue impresionante ver el paraninfo de la universidad central de Barcelona lleno de mujeres que teníamos y luchaban por los derechos y la igualdad de las mujeres. Tuve muy claro que todas las preguntas y situaciones que viví en el pasado por las que me rebelé, mientras iba creciendo como mujer, estaba con la lucha feminista y hasta hoy. 

Mi nacimiento y mi infancia me han marcado la conciencia de ser feminista. Soy feminista desde que tengo conciencia, las experiencias y la vida vivida dentro y fuera de mi familia me han hecho rebelar y tomar conciencia como mujer muy joven, a principios de los sesenta unos años de mucha represión y falta de libertades con un régimen que había terminado con los derechos conseguidos por nuestras abuelas en la República. 

Aquella sociedad basada en unos principios que despreciaban a las mujeres no me gusta, me hacía sentir mal y no quería aceptarlo, aquellas mujeres vivían anuladas por el marido, el estado y la iglesia. El maltrato y asesinatos a las mujeres estaba normalizado y pasaban desapercibidos, las mujeres permanecían totalmente excluidas de la vida pública en todos los campos. 

La religión jugó un papel importante en el modelo patriarcal y de la manipulación con las mujeres a través del confesionario y los curas podían tener influencia, de hecho, la utilizaron para conformarlas a continuar con el marido en caso de violencia, era justificada… “quizás le haces enfadar….viene casado del trabajo…. no lo hagas enfadar… haz caso de lo que te diga tu marido...” etc 

Esta educación basada en el sometimiento al marido me despertó a luchar contra este modelo opresor hacia mi género y la lucha feminista.

Mi referente de lo que guardo un recuerdo entrañable y del modelo como mujer, fue mi abuela, mujer republicana, que vivió según sus principios; de muy pequeña, ya veía comportamientos diferentes entre la generación de la abuela y la madre: la madre recibió una educación que adoctrinaba a las mujeres sonidos el régimen franquista, que la principal meta de la mujer era ser buen ama de casa. 

Las situaciones vividas como mujer la educación que recibí en la escuela, en la iglesia, me hicieron dar cuenta de que no quería ser ni vivir como mi madre y de otras mujeres, no veía ninguna diferencia entre un hombre y una mujer, en cualquier caso el género. Nunca he querido estar sometida a ningún hombre. 

Durante los años oscuros del franquismo estuve luchando codo contra codo con hombres y mujeres para mejorar las necesidades básicas del barrio, en el hospital reivindicando mejoras asistenciales y salariales he formado parte de organizaciones clandestinas desde el año 66 JUEGO, Plataformas Anticapitalistas , PSUC, CCOO …. Activista social, sindicalista y feminista…. 

A principios de los años setenta, me organizé con un grupo de mujeres militantes de izquierdas, comunistas, independentistas y antifranquistas que compartíamos ideología feminista, que nos organizamos en primer lugar para luchar a favor de recuperar los derechos políticos, sociales y de igualdad que tenían las mujeres en la República. Estuve organizada en la Asociación Provincial de Mujeres, la Asociación Catalana de la Mujer; en estos primeros dos años íbamos a los barrios y pueblos de Lleida a contactar con mujeres interesadas en hacer red feminista, hablando, escuchándonos en todo lo que nos unía para luchar por nuestros derechos. 

El año 76 colaboramos y participamos en las Primeras jornadas feministas de la Universidad de Barcelona activamente; fue impresionante ver el paraninfo lleno de mujeres que teníamos y luchábamos por los mismos intereses; se debatió y reivindicó sobre el derecho al aborto, al divorcio, contra el adulterio, el derecho a la sexualidad de la mujer...

Por entonces era la responsable de la sectorial de la mujer del PSUC. Recuerdo que en el mes de regresar de las jornadas participé en un mitin que fui muy crítica con los compañeros del partido por de hipocresía que demostrábamos en la relación con las mujeres que era muy machista.

En ese año formamos el Grupo de mujeres de Lleida, alquilamos un local para organizarnos, el cual fue un lugar de referencia para crear complicidades entre mujeres del grupo y dar asesoramiento y acompañamiento a las mujeres que venían a hablar con nosotros y las más valientes que se atrevieron a denunciar malos tratos de los maridos o compañeros. En aquellos años no había ningún servicio ni municipal ni estatal que diera soluciones a la violencia machista  (agresiones, violaciones...), también acompañabas a muchas de estas mujeres a presentar denuncia en la comisaría de policía, que, si iban solas, en general la propia policía les hacía desistir de presentar denuncia. 

Tampoco existía centro de orientación sexual ni planificación familiar. Nuestro Grupo de mujeres facilitamos direcciones de clínicas por las mujeres que decidían actuar, incluso, las acompañaban en caso de que no tuvieran a nadie. En aquellas fechas, hicimos manifestaciones a favor del aborto libre y gratuito, que estuvo apoyada por muchos partidos y entidades de la época, nuestras manifestaciones no gustaron a la extrema derecha: nos incendiaron el local no una , sino dos veces, nos pintaron las paredes, nos insultaban por teléfono, nos enviaban cartas indecentes y... 

A pesar de estos contratiempos nos organizamos y luchamos por conseguir en Lleida un centro de planificación familiar y orientación sexual para reivindicar el centro de planificación, hicimos diferentes debates, manifestaciones... ocupamos la entrada de la Paeria de Lleida, algunas de nosotros con los hijos e hijas. Conseguimos reuniones con técnicas del ayuntamiento para expresar y dar nuestra opinión de cómo debía ser el funcionamiento del centro, se nos tuvo en cuenta nuestras aportaciones y punto de vista feminista. La inauguración fue una ganancia del grupo de mujeres de Lleida, que se logró gracias a la lucha feminista. 

Entre los años 80 y 90 y después de años de movilizaciones luchando por la creación de una casa de acogida para mujeres maltratadas también promovieron la puesta en marcha del servicio.

En la actualidad las Mujeres de Lleida, con nuevas incorporaciones seguimos existiendo porque las mujeres no hemos conseguido la plena igualdad y reconocimiento de aportaciones que hemos y estamos haciendo las mujeres, luchando por la plena igualdad que hemos conseguido, aunque, reconozco, que estamos avanzando, en esta sociedad que sigue siendo patriarcal. 

Actualmente estamos luchando, entre otros, por un centro de primera urgencia para mujeres y niños víctimas de violencia machista, una reivindicación que hace tiempo negociamos con el Ayuntamiento de Lleida. 

He participado en diferentes mesas redondas, mi primer mitin fue el 24 de junio de 1976, cuando militaba en el PSUC y formaba parte de comité local con la responsabilidad de la secretaría de la mujer en Lleida (el partido comunista todavía era ilegal ): la conferencia llevaba por título  «problemas actuales y futuro democrático». 

También en diferentes medios de comunicación prensa, radio y TV (actualmente tertuliana junto con otras compañeras del Grupo de Mujeres de Lleida en Lleida TV) por mi condición de mujer sindicalista, feminista y activista social. 

Manifestaciones, por diferentes motivos, por la paz, contra las centrales nucleares, huelgas generales y paradas para pedir mejores condiciones laborales y asistenciales...etc. El 2 de febrero de 2012 el ministro Luis Gallardón prepara la ley del aborto más dura de la democracia, contra la ley de plazos que aprobó el gobierno de Zapatero, esta ley fue un resurgimiento del movimiento feminista en todo el estado y también se hicieron numerosas acciones frente a la sede del PP y también manifestaciones por la retirada de esta ley, que se realizará en el año 2014 el gobierno de Rajoy confirmó la retirada de la misma, Gallardón dimitió. Fuimos las mujeres con nuestra lucha las que lo conseguimos. 

En Tarragona formamos parte de la organización de la Plataforma Feminista 5N contra las violencias machistas, como Grupo de Mujeres de Lleida con el lema «Un Grito Contra la Violencia Machista» organizada por toda Cataluña y la Comunidad Valenciana. 

En diciembre de 2017 denunciamos al rapero Arce Perroviejo, un cantante que en las letras hace apología de la violación, las agresiones y el asesinato a las mujeres, aparte de la protesta ante la discoteca La Nuit, también informamos a los acompañantes de los menores, sobre las letras del cantante.

Aparte del Movimiento Feminista, estoy vinculada a ANC, Omniun Cultural. En los últimos años he participado en diferentes manifestaciones durante el proceso y después del golpe de estado español contra Cataluña, he formado parte del voluntariado del 9N y también del referéndum del 1 Octubre. He participado en la organización del acto en Lleida “Ninguna mujer en el Olvido” de mujeres por la independencia, en solidaridad con las mujeres presas y exiliadas y para pedir su libertad. 

Hemos estado en las cárceles donde están las presas políticas catalanas para apoyar y pedir libertad a las presas políticas y exiliadas. 

Actualmente estoy y estamos muy activas contra la violencia machista: estamos pidiendo el recurso imprescindible en Lleida de una casa de primera urgencia para mujeres víctimas de violencia machista; en este momento, tenemos presentada una solicitud (después de presentar moción hace un año y en diciembre una licitación en el Ayuntamiento de Lleida en pleno de 27 de diciembre), pedimos una audiencia pública sobre el modelo de centro de primera urgencia, que hace tiempo piden y que es urgente y necesaria para las víctimas de violencia machista. 

Me propusieron la medalla a la solidaridad de la ciudad de Lleida que recibí en mayo de 2018 en la que diferentes entidades de Lleida apoyaron supongo que hay muchas mujeres anónimas que también han trabajado y luchado y que serían merecedoras. Sin embargo estoy agradecida de este reconocimiento por la votación favorable de las entidades. 

Ahora mismo consulto a los digitales el Público, algún artículo pienso que hacen periodismo de investigación, y últimamente está apostando por un periodismo igualitario más feminista. 

La Directa, un diario muy crítico con el sistema, de hecho, funciona como cooperativa, he leído algún artículo creo que en temas de género es el medio que consigue una mejor equidad en el mundo de la comunicación, sobre todo en el lenguaje inclusivo y no sexista. Éste sería el más feminista desde mi óptica. 

Algunos diarios catalanes como VilaWeb, República, Catalunya Radio, TV3 son medios que han evolucionado favorablemente en el tratamiento de los temas de género. De hecho, son los que consulto habitualmente, los diarios digitales y los medios públicos catalanes.

El tema de los medios de comunicación, como mujer feminista, es y ha sido una lucha continua primero por romper en los estereotipos hombre-mujer, la ruptura de la publicidad sexista, la violencia machista... la forma en que se explican los conflictos tienen una gran influencia en cómo son entendidos por la opinión pública, en el caso de la violencia machista, el trato que la prensa está dando es de culpabilizar a la víctima en las imágenes, vídeos, expresiones concretas, crea concesiones en las que incluso todo se victimiza al agresor (caso de la manada) y se culpa y responsabiliza a la víctima, creo que estas cuestiones crean consideraciones como que la violencia machista se limita a casos ahijados, en lugar de considerarla un problema sistemático y una responsabilidad social  (de todas y todos). En un medio estatal vi una noticia que me preocupó y mucho en la página de la portada una noticia de una mujer que había mentido en una denuncia por maltrato (las denuncias falsas se dan en un porcentaje insignificante), una noticia que vuelve a victimizar a los agresores. Lo grave de todo esto fue cuando en las páginas del mismo diario, sale la noticia del asesinato de una mujer en manos de su compañero... sin palabras. 

Las redes han sido un gran avance en el sentido positivo de difusión de todas las acciones que hacemos como: feminarios, premio de fotografía feminista Leonor Pedrico, concentraciones y manifestaciones, debates, presentación de libros, etc.. que hacemos y subimos a las redes (antes estaba colgada de carteles)  nos ha facilitado el poder acceder más rápidamente a la información también las acciones inmediatas.  La huelga internacional de 8 marzo 2018 no habría sido posible sin las redes sociales. La parte negativa sería la difamación, amenazas de violación, incluso asesinados por desconocidos, que utilizan el acceso a internet como un espacio de agresiones machistas, el llamado ciberacoso contra las mujeres, especialmente contra nosotros, las feministas. Un ejemplo de nuestro grupo: el 5 de mayo presentamos una denuncia por acoso a la víctima de la manada, en Foro coches y Burbuja los cuales habían filtrado datos personales imágenes de la víctima de la manada; la web neonazi nos insultó por haber protegido a la víctima, los insultos no los repetiré, pero nos insultaron, colgaron fotos nuestras en la red... esta sería la parte más negativa de lo que comentaba de amenazas y difamaciones etc. .

Pienso que a pesar de esta parte negativa y otras, los medios y las redes sociales son un espacio de denuncia feminista, cuando el sistema no funciona; ejemplo: METOO fue un desencadenante que será un punto de inflexión contra la violencia machista que apoyó la huelga de todas el 8 de marzo pasado, en España la sentencia de la puesta en libertad con fianza en las redes se va manifestar un crecimiento de malestar social por este hecho con críticas a los jueces necesarias. 

Es importante centrar la atención en el género informativo para mejorar la visibilidad de las mujeres y hacerlo positivamente en la precisión, la pluralidad en la práctica periodista pueda detectar los prejuicios de género que penetra sutilmente en la información a través del lenguaje , los juicios  de valor en las percepciones y aptitudes y la forma en que se enfocan. 

No se trata de crear una paridad forzada, se trata de mejorar la manera en que las mujeres somos vistas, sentidas y leídas en los medios, de romper los roles de género estereotipados que atribuyen funciones sociales desiguales a hombre y mujer, por simple ser- lo. 

No reconocer las desigualdades de género es asumir automáticamente que el mundo masculino representa los valores universales y esto equivale a excluir a nosotros, a las mujeres, del relato ya marginarnos.

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