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Entrevista a Elvira Siurana Zaragoza

21 julio 2021

 

1. ¿Dónde naciste?

Nací aquí Lleida, en la calle Lluís Companys que entonces se llamaba Víctor Pradera, frente al Matadero. Mi abuelo tenía una casa, era tratando de bestias y había hecho una casa con pisos por los 8 hijos que tenía, y después abajo había corrales para los animales. Sé que vivíamos en... entonces, esto eran las afueras de Lleida.

2. ¿Cómo era tu entorno familiar, social, etc durante tu infancia y juventud?

Era bastante tribal, por eso, que vivía con toda la familia; y pues la clase, así, acomodada, medio rural, medio ilustrada, pero bueno, ¿no? No pasamos carencias.

3. ¿Este entorno personal promovió o incitó tu posicionamiento feminista?

Pues en principio no, pero después cuando fui creciendo sí, porque yo, lo que percibí, primero de una manera como intuitiva, y después ya la racionalicé más, es la diferencia de expectativas que había entre mis hermanos, que eran chicos los dos, y claro ellos, pues, ya se contaba con que harían la carrera, que tenían que estudiar y que era lo importante. Y conmigo, pues no pensaba que hiciera una carrera. Aquello... que fuera mona, que, además, yo era mona de pequeña, pero no era nada así, preocupada por cuestiones femeninas, ¿no? Y claro, esto empezó a resultar chocante, cuando yo no tenía expectativas ni impulso para hacer nada importante. Esto es lo que conciencié un poco. Después también, en la distribución del trabajo doméstico, ya se empezaban a ver las diferencias. Luego viví bastante tiempo, un par de años, con uno de mis hermanos en Barcelona y claro, al final era yo la que llevaba la casa, y él invitaba a gente. Era muy brillante, explicaba muchas cosas, pero yo ya estaba haciendo el rol femenino y eso empezó a molestarme. Es eso que te contaba, las diferencias que fui notando entre la vida que empezaban a hacer mis hermanos y después, cuando yo fui creciendo la igualdad que había terminado porque yo tenía que hacer otro tipo de vida, y sobre todo se esperaba otras cosas  de mí y, de todos modos, yo tenía un concepto muy masculino. Muy poco feminista, porque estaba muy influida por las ideas de mis hermanos, y ellos ya empezaron a hacer política, a hacer cosas de izquierdas. Pero planteamiento feminista no había ninguno, incluso daba un poco de miedo y yo me identificaba más con ellos que con las mujeres de mi entorno. Pero claro, además las mujeres de mi entorno habían sido las del colegio, y por eso decía, también, del estudio, antes.

Cuando acabé el Bachillerato y tal, no tenía perspectivas de hacer una carrera, hice un Secretariado de dirección en el FIF, que también era un centro bastante elitista y femenino, y allí sí que ya empecé... Me acuerdo de que en el FIF una profesora nos hizo hacer un trabajo sobre las Women's Lib que entonces empezaban en Estados Unidos e hice un libro, que después fue mi amiga, Maria José Ragué Arias, que hizo un libro que se llamaba Hablan las Women's Lib, era de la Editorial Kairós. Esto sería los años 68-69, por ahí. Quizás fue una de las primeras veces que me planteé esta cuestión, ¿no? Y después de estar allí, en el FIF que estaba... era una residencia, también quiero decir, estaban los estudios, pero también había una residencia, porque mis hermanos ya fueron volviendo hacia Lleida y yo me quedé en Barcelona. Y fui a esta residencia que fue muy emblemática también aquí Lleida, porque la dirigía Mercè Estadella, que era de aquí de Lleida, que era hermana de los Estadella. Entonces todas las niñas de Lleida nos llevaban allí, porque parecía que era como una prolongación familiar y ella, pues, se cuidaba y hablaba con mis padres y tal, y cuando salí, bueno, me fui a vivir en un piso con unas amigas y una de estas amigas, que era mayor, es la ya empezó a traer los libros de Simone de Beauvoir, Virginia Woolf y tal, y entonces ya empecé a leer ya desarrollar más una ideología más feminista. Y todo esto fue hacia el año 74-75, que fue el año internacional de la mujer que declaró Naciones Unidas y realizaron un acto en el colegio de Abogados de Barcelona. Estaba Maria Aurèlia Capmany y Elisa Lamas, Anna Balletbó, me parece, y se empezó a abrir un poco el panorama feminista aquí. Siempre Lidia Falcón, pero porque en aquellos momentos Lidia Falcón estaba en la cárcel. Pero bueno, yo también lo había leído porque escribía en los periódicos y en las revistas de la época.

4. ¿Tu sexo determinó tus estudios y/o tu carrera profesional?

Bueno, sí, con el sentido ese de que no estudié nada, al final. Lo que hice, me llevaron a un colegio en Barcelona muy tradicional, a pesar de que mi familia no eran tan tradicionales ni tan religiosos. Sí me llevaron a un colegio conservador, porque era al que habían ido las mujeres de mi familia, y eso me creó bastante contradicción entre el mundo de fuera y el mundo interno.

5. ¿Cómo te definirías política, social e ideológicamente?

Me definiría como feminista radical autónoma y de inspiración marxista.

6. ¿Cuándo empezaste a interesarte por cuestiones políticas?

Casi siempre, desde los 7 o 8 años. Cuando empecé a leer, porque en casa se hablaba algo de política. No se hablaba de la guerra civil y no se explicaba lo ocurrido, porque era aquel silencio que había en la posguerra: “que mejor que los críos no lo sepan”, pero sí había opiniones que los críos captamos ,  no? Aquello "¡Quita éste!... no sé qué...", "¡Cierra!". Estas cosas, allí en Francia, "Sí, bueno, los franceses", y  después mis hermanos. Claro, mi hermano mayor me lleva casi 10 años y entonces él ya empezaba a opinar ya decir ya más claro..., se manifestaba, Víctor. El otro también 7 años más que yo, pues también ya se iban implicando en hacer cosas. En ocasiones, me llevaban a actos y se hablaba de política en casa y con los amigos del entorno. Entonces el padre decía "Si pero, bueno, pero vaya al tanto porque... ¡ojo! porque lo que va delante, al final, paga el pato". Pero se hablaba de ello.

7. ¿A la hora de elegir ideología política tuviste en cuenta la consideración que tenía ésta de la mujer?

Claro un poco como decía antes, la consideración de la mujer que tenían ellos no era demasiado. Quiero decir, se hablaba de política, pero feminismo no, ni se hablaba ni se sabía lo que era. El feminismo empecé a descubrirlo cuando empecé, bueno, cuando fui al FIF y empecé a tratar más con mujeres. También y al convivir, me di cuenta de que también las mujeres eran interesantes, no sólo mis hermanos y sus amigos eran los actores, sino que había mujeres pensantes y ya me empoderé de que se diría ahora. Me comencé a interesar por el feminismo y después... fui a Francia a estudiar y allí ya había un diario que se llamaba Des femmes. Había bastante movimiento feminista y, cuando estaba allí, se hizo un congreso en Bruselas, que eso también te lo habrá contado Chus, que también estaba Chus Borrell. Era el Tribunal internacional de crímenes contra las mujeres. Fue en el año 76 esto y era internacional, e iba gente de todo el mundo e iban contando cómo estaban las mujeres en su país. Y había tanto de Estados Unidos, de Canadá, de América del Sur, de la India... Iban contando cosas y cosas, y yo me encontré, que yo fui desde París, que las de Barcelona, ​​el colectivo feminista de Barcelona que se había criado en aquellos años, la petaban allí. Quiero decir era muy radical con mucha ideología, muy fuerte. Eran muchas, estaba Chus Borrell y estaba Teresa Estany, que eran de aquí Lleida y aquí decía yo: “Ahora que yo estoy aquí fuera, las cosas están pasando en mi casa”, ¿no? Y fue bastante definitivo para que volviera, también. Allí leí bastante. Allí empecé a leer mucho feminismo, a Kate Millett, a Shulamith Firestone, Lidia la leí yo en París. Empecé a leerla allí.

8. ¿Qué era más importante para ti, la lucha política o la lucha feminista?

Es que yo entiendo que la lucha feminista es una lucha política, no se puede desprender, y yo pienso que desde el feminismo es la lucha que va más allá de las luchas políticas o liberadoras que nos han precedido, ¿no? Quiero decir, ha empezado a haber progreso, se ha luchado contra la esclavitud, contra el racismo. En las revoluciones sociales que se han hecho siempre queda algo pendiente, que ha sido la mujer de estos hombres que hacían estas revoluciones y que además ha participado, y ha participado a veces poniendo la vida. Pero siempre ha quedado detrás y es el eslabón que va hasta una igualdad real de todos los seres humanos. Entonces, para mí la lucha siempre debe verse desde el feminismo o las mujeres, y también los hombres, yo pienso que también deben verla desde el feminismo, porque si no, no es una lucha igualitaria.

9. ¿Qué recuerdas eran las reivindicaciones más importantes de aquella época?

Pues mira, las primeras fueron la igualdad de los derechos civiles, que eran la legalización de los anticonceptivos, que estaban prohibidos... ¡también tomarlos, venderlos, recetarlos, todo! el adulterio, que estaba penalizado para las mujeres y no para los hombres, o de distinta manera; el divorcio, que no existía y era una madriguera de lios tremendo, la afiliación de los niños, porque los niños de parejas divorciadas o de relaciones extramatrimoniales clásicas estaban en el Registro Civil inscritos como hijos adulterinos o hijos de cuidado o hijos de madre desconocida. Cosas así, ¿no? La igualdad y éstas quizás fueron las primeras. Y después el aborto, la despenalización del aborto, la igualdad salarial y, después, ya la lucha también por los próximos lugares políticos, para poder acceder al poder político. Primero fueron cosas muy básicas... y además, que ahora se dicen como algo muy normal, pero que costaron mucho. El divorcio... ¡quizás era el año casi 80 que todavía nos pegaron en Barcelona en una manifestación, la policía, porque pedíamos el divorcio! y había un tribunal eclesiástico que era el que hacía las separaciones y que era con unos curas que lo que hacían era decir que tenías que reconciliarte o pagar para separarte y era un buen... ¡Tremendo, tremendo!

10. ¿Crees que los partidos de izquierda también eran machistas?

¡Por supuesto! Mira, el aborto, por ejemplo. Hubo en los años 80, a principios... teníamos unas reuniones en Barcelona de la Coordinadora feminista, que íbamos todos los grupos feministas. También iban las feministas autónomas y las feministas de partido, las feministas de los sindicatos. Pues, para sacar una pancarta que pedíamos el aborto, ¡el Partido Comunista se oponían porque decían que era impopular, que no era el momento!

Luego... ¿qué fue? que le escribimos a Ernest Lluch por alguna cuestión también de éstas, y nos dijo:  «Hombre, es que la opinión pública no lo pide» y eso ya... ya eran los socialistas en el poder, ¿no? Nos costó mucho y la palabra feminismo, además de que ahora se dice con tanta facilidad, ¡no se decía! El grupo que hicimos aquí en Lleida el año este 75-76 y se llamó Grupo de liberación, Grupo de lucha por la liberación de la mujer, pero no nos dejaron poner feminista porque: «no, que la gente no vendrá, la gente se asustará» y machista tampoco se decía, porque era como decir yo que sé, ¡un taco!

11. ¿Cuál era el papel y la importancia de las mujeres en estas organizaciones políticas (principal-decisorio o secundario)?

Bueno, las mujeres tenían una importancia patente en los partidos políticos porque mantenían la base. Yo recuerdo las reuniones estas clandestinas, las mujeres allí haciendo comida, vigilando quien entra, quien sale, proveyéndolo todo y después, cuando los hombres iban a la cárcel, que normalmente eran ellos cuando iban a las cárceles... Mira, ahora haremos aquí en La Baula, el año que viene nuestro CDR, un nuevo ciclo sobre el papel de las familias que hay detrás de los represaliados y yo dije de hacer lo que pasa ahora y lo que pasaba entonces, porque era muy típico cuando ibas a ver a los presos políticos, estaban las mujeres con la comida, con la ropa, allí... que iban a la puerta de la cárcel a mantener ya resistir... y eso fue todo en la posguerra, en años muy difíciles, con mujeres y crios. Allí, que hacían un mantenimiento de la base y mucho reparto también de propaganda, de esconder, que se hacía un trabajo que no lucía, pero que iba por debajo, y eso que aquí en España habíamos tenido líderes femeninas muy importantes, como Dolores Ibárruri, que era la presidenta del Partido Comunista, aunque yo no creo que fuera la dirigente ideológica. Pero Federica Montseny, sí fue ministra y que realmente era una mujer con ideología y muy preparada, que tenía una fuerza muy importante. Pero claro, todas estas quedaron fuera y ni se hablaba. Hubo que hacer un trabajo de rescate. De hecho, cuando salió la revista Vindicación feminista, que fue en el año 76, aparte de las cuestiones del momento, allí se puede ver mucha información de lo que ocurría, también se hizo un trabajo de hemeroteca, de ir a buscar las revistas estas de la República donde había muchas cosas que ya se habían hecho y que se habían perdido en la memoria. Porque el divorcio había sido instituido, el aborto, la Frederica Montseny durante la guerra lo implementó en el frente, incluso se planteó liberatorios de prostitución que es una de las reivindicaciones que ahora están en enea.

12. ¿Le tenían en cuenta a la hora de tomar decisiones o se sentía en una posición de inferioridad?

Claro, yo nunca he militado en un partido político masculino ni mixto, porque, además, en ese momento, como creamos el partido feminista y el partido feminista sólo era de mujeres... ahora yo ya no estoy militando en el partido feminista ,  pero es mixto: hay mujeres y hombres, que supongo que es lo que debe ser, porque las cosas deben cambiarse entre todos, pero en ese momento era imposible, porque dabas una conferencia y había 50 mujeres y tres hombres y cuando se cogía la palabra, los primeros que levantaban la voz eran los hombres "lo que debe hacer es..." y  los partidos y muchas de las reuniones las hacíamos cerradas, sobre todo si eran de sexualidad, sólo de mujeres , porque sino era imposible casi averiguar que era lo que pasaba. El primer trabajo fue juntarnos y explicarnos las experiencias vividas y ver cuáles eran comunes y no particulares, que teníamos en conjunto, una situación que nos venía dada, que no es que nos pasara sólo a nosotros...

13. Si es así, ¿eres consciente de ello? ¿Se rebelaba por este motivo o se resignaba?

Sí, bueno, cuando empezamos a ser feministas sí, éramos conscientes y con mucha rabia además, ¡eh! Yo me acuerdo en mi casa, ¡unas discusiones tremendas con mis hermanos! Empezaron en Navidades, allí siempre yo reivindicando esto y aquello, y mi madre “¡Tengamos la fiesta en paz!” Y ellos, mira, incluso Víctor se quitó el carnet de... bueno, un carnet de Vindicación feminista y pagó una cuota y dijo: “Sí, sí, tiene razón, pero... pero... pero ”.

14. Si reivindicaba una mejor posición, ¿éraste escuchadas?

Fuimos escuchadas. Hombre, en un principio cuando hubo, porque fue muy... muy fuerte la eclosión. Tú recordarás del movimiento feminista.... porque tú eres más joven, pero en aquellos años, cuando empezó, tuvo mucha repercusión en los medios, porque chocaba. Era algo que nunca se había visto. Hubo las Jornadas de Barcelona, ​​¡un montón de mujeres! y les llevábamos un comunicado a la prensa, que antes se llevaban a mano, y nos los publicaban, más que ahora. Sí, que tuvo repercusión muy importante, pero enseguida también tuvo una reacción, que después se cortó. Por ejemplo, la revista esta de reivindicación feminista que llegó a vender más de 30.000 ejemplares al mes, ¡fue tremendo! Pues, se fue encontrando con muchas dificultades y duró tres años, y después tuvo que plegar, lo que pasó mucho en todas las cosas de la transición. También cerró el Ajoblanco, todas las revistas, el Viejo tope... Las revistas alternativas tuvieron una gran eclosión y después como una vuelta a la reacción.

15. ¿En qué momento de tu vida conociste el feminismo y cuándo decidiste hacerte feminista?

¡Pues, eh! Esto, en el 75 fue cuando empecé a interesarme, y cuando estuve en París ya conocí a todas esas mujeres, y además empecé a leer más y más a las americanas y tal. Allí ya decidí que eso era la mía, allí había dicho: “O me voy al frente Saharaui (que entonces era el momento) o mi causa es la del feminismo”. Entonces fue cuando decidí que “por todas”, ¡que esta era mi misión en la vida!

16. ¿Has sufrido discriminaciones por el hecho de ser mujer en el ámbito profesional? 17. ¿Y en el ámbito personal-social ciudadano?

Yo he trabajado mucho, claro, yo he trabajado en el despacho de Lídia Falcón de abogadas, trabajé en el Diari de Barcelona que era mixto, pero tenía un componente también muy alternativo, y no he sufrido mucha discriminación porque he trabajado con cosas muy racionadas con el feminismo y con las mujeres. El primer jefe que tuve, que trabajé un tiempo, era abogado. Lo típico que te invitan a cenar oa comer y que debes escurrirte. Por tanto, este tipo de cosas sí que las he vivido. O que pedí un crédito y el banco que pedía dice «Bueno, pues porque no quedamos a las 8:00 nos tomamos una copa y lo hablamos». Este tipo de cosas, sí que las he aguantado como todas, o yo que sé, que te metan mano en el metro o ese tipo de cosas. Es evidentemente, todas las hemos vivido, ¿no? Evidentemente todas las hemos vivido.

18. Sí es así, ¿crees que las cosas han cambiado y han ido a mejor o todavía hay mucha discriminación laboral, familiar, social? ¿Cómo ves la situación actual?

No sé si ahora por nuestra época da igual. Yo creo que han cambiado, que se ha adelantado, pero que se ha adelantado 30% yo diría, que nos queda el otro 70. Porque... lo que sí se ha adelantado es que ahora se ha hecho visible . Los primeros  años que yo trabajaba allí, nosotros hacíamos una recopilación de las noticias que salían en los periódicos de mujeres asesinadas  y debían buscarse en lupa porque en los periódicos salía un suelto... lo de un suelto en el diario pequeño: «mujer asesinada» y las íbamos recortando y contando. “Tantas mujeres muertas han salido al diario este año” y hacíamos un recuento. Pero no había estadísticas oficiales y no era noticia. Era algo de lo normalizado y no había ninguna ley que lo protegiera. En este sentido, bueno, ahora hay leyes, hay alarma social, la que debería haber por el volumen de desgracia que lleva, pero está en los papeles. Está Me too y todas estas cosas que han ido saliendo, que esto hace 50 años o 40 o 30 era impensable.

19. Algunas activistas leridanas son consideradas en diversas investigaciones como referentes feministas esenciales durante la transición democrática. ¿Crees que ha recibido el reconocimiento que merece por parte de las instituciones?

Hombre, de las instituciones, no. Las que han sido de un partido político que ha triunfado, quizás sí les han hecho un homenaje, una medallita y tal, sin embargo, incluso dentro de su partido político, tampoco tanto como los líderes masculinos. Y las que hemos ido por libre, ni caso, ¿no? Nada. Ni medallas ni, en todo caso, gracias a que no nos insulten, que no nos pongan verdes.

20. ¿Y el reconocimiento de la sociedad?

Bueno, reconocimiento de la sociedad... lo empezamos a tener ahora, yo tengo la sensación de que desde que he vuelto a Lleida, ahora que soy jubilada, que de repente me hagáis caso y empecés a preguntarme. El otro día que me hizo un... la diputada de la diputación pues también me hace caso, en el Ayuntamiento me llaman para consultarme cosas, y ahora sí me siento como que me hacen caso y que mi opinión cuenta, pero para eso he tenido que llegar a casi a los 69 años, que tengo ahora, ¿no? Antes nos hacían caso cuando no podían hacer otra cosa, porque éramos pesadas a morir, y porque no callábamos, pero no por voluntad.

21. ¿Crees que la gente sabe lo que hizo y lo que significó?

Poco, porque, además, yo pienso que hay un gran error aquí en España... que las universidades, cuando se han realizado los estudios feministas en muchas universidades, lo que se ha hecho es copiar lo que han hecho las americanas, otras inglesas, ... Muy bien, bueno, vale, van estudiando a las americanas, las inglesas o las francesas y entonces se sabe mucho de..., bueno, se está estudiando las teorías de las estadounidenses o de las inglesas o yo que sé, Simone  de Beauvoir, que está muy bien pero no se ha hecho un estudio del interno, ¿no? Quiero decir, ahora se empieza a hacer, hace cinco o seis años que se va haciendo, y ves que, además, incluso las cadenas, incluso está las redes, pues va saliendo y tal y cual, pero hasta ahora... de la Concepción Arenal ha hecho un libro fantástico, hace un par de años, Anna Caballé, pero llevaba 80 años muerta, y no se había hecho y algunas feministas que se han dejado la piel, como la María  Telo, que es una abogada que fue durante la transición la que luchó por cambiar el Código civil, que nadie sabe quién es. Pero pienso que se hará ahora, pero que sí ha habido una carencia que... por no entrar en conflicto, yo pienso, que los profesores de Universidad, porque, claro, el feminismo es un movimiento vivo y con tendencia vital , por no comprometerse... se han dedicado a estudiar más lo de fuera que ya viene hecho... que de hecho es copiar lo que dicen las teóricas del feminismo de fuera, y no han hecho un trabajo de investigación interno.

22. ¿Te parecería interesante que se estudiara en los institutos el papel de las feministas durante la transición en Lleida?

¡Hombre y tanto! porque es nuestra historia. De eso venimos, y recuerdo una anécdota que cuando pedíamos el divorcio: fue el año que yo estaba aquí en Lleida, que hicimos este grupo feminista y dimos una conferencia sobre el divorcio y la dio Marta Trepat y nosotros , y al público salió una mujer muy airada y dijo "Vosotros  lo que queréis es quitarnos a los maridos". Sí, la mentalidad era esa, ¡no hace tanto eh!, yo me acuerdo muy bien.

23. ¿Estarías dispuesta con otras compañeras a explicar su experiencia al colectivo adolescente?

Sí, está claro que sí, claro que sí, encantada. Los que no sé si los que estarían dispuestos son ellos, ¿no?

24. ¿Qué puede aportar las feministas de su generación al feminismo actual?

Podemos aportar la experiencia, que siempre es importante, porque yo he visto muchas veces, cuando voy a pueblos o lugares... eso, a dar una conferencia o algo que están montando un grupo y, claro, ves todos los errores que s están ya preveían. Que yo los veo y digo: “os pasará esto y aquello y aquello”, y no acaban de creérselo. Parece que nadie puede aprender de la experiencia, y por eso es importante estos trabajos que hace, para que conste cómo van las cosas, para no volver a repetir los mismos errores. Nosotros podemos aportar la experiencia. Y, bueno, el criterio de los años de lucha y la ideología también, porque es muy importante. Aparte del sentido de rebelión que se puede tener contra la injusticia, tener un marco ideológico que lo abarque y que le apoye y que le dé continuidad también.

25. ¿Crees que el movimiento feminista actual ha cambiado el rumbo?

Pienso que el movimiento feminista en los primeros momentos era más radical, ahora se ha ampliado, lo que es muy importante llegar a muchos más lugares. Se habla de feminismo con mucha normalidad y muchas mujeres dicen que son feministas, pero ha perdido, se ha banalizado un poco. O sea, ahora sale una del PP y dice que es feminista, ¿tú sabes lo que quiere decir ser feminista? Y se usa el término con mayor frivolidad, sin contenido. ¡Que para mí, bienvenido que se hable y que se esparza! pero es como aquello del pollo, que antes comíamos un pollo que era muy bueno y comían 4, y ahora pues todo el mundo come pollo, pero el pollo no vale nada. Pues es un poco esa cosa, que me parece que debemos hacer un esfuerzo de mantener los criterios y la solidez de los predicados feministas porque sino puede ser una botella que pete. También quiero decir que sea como una moda, que esto lo hace mucho el capitalismo, salen movimientos alternativos, como el movimiento hippy y al final se convierte en una moda y en una cuestión comercial, que con el feminismo también está ocurriendo. Ahora se venden insignias feministas, jerséis de Frida Kahlo, y dices... ¡bueno! como las camisetas del Che Guevara, pero que no tienen ningún sentido de lo que decía Che Guevara, ni de lo que podía decir Virginia Woolf.

26. ¿Lo ves positivo o negativo?

Pienso que es inevitable, quiero decir, cuando un movimiento hace eclosión, pienso que es bueno, porque nunca se volverá tan atrás. Quiero decir, ya no se podrá volver al momento en que el feminismo no se sabía lo que era y no se podía pronunciar. Hasta aquí se ha incorporado y está en la vida, y quieras o no, la gente debe definirse o pronunciarse y ya no se pronuncian de una manera tan garrula como hace 30 años, que incluso los cultos decían unas barbaridades  que ahora se avergonzarían.

27. ¿Crees que existe un factor de moda o de verdad la gente tiene muchas convicciones feministas e igualitarias?

Algo que decía, hay un factor de moda. Lo que ocurre que yo pienso que con la moda sí va penetrando una cultura que ya se establece y que, a partir de ahí, pues que, quizás, quedaba más reducida, pero en los colegios se hablará, en la universidad se hablará, y al final esto es positivo, claro, hemos salido de debajo del suelo. Ahora pues, claro, los vientos se los llevará de aquí para allá, pero ya estamos fuera, es como las plantas cuando salen, algunas morirán, pero ya está, ya hemos brotado.

 

28. ¿Qué opinas sobre la nueva Ley trans?

El tema conflictivo. Yo creo que hay una confusión muy grande y, además, la confusión interesada con los conceptos. Obviamente, debe haber una Ley Trans que defienda los derechos de la gente transexual. Pienso que la gente transexual no es tanta como ahora afloran o se hace aflorar, quiero decir que es un sector minoritario de la sociedad que han resistido y resistirá, quizá ahora sea mayor porque algunos, que antes no podían emerger, emergen. Pero, por otra parte, existe todo este lío conceptual entre el sexo, el género y el queer, y pienso que el concepto de género se utiliza de una manera torticera, que dirían en Madrid, ¿no? De modo que se aplica como si fuera el sexo, y de hecho, el sexo es biológico y es lo que es. Puede haber una criatura hermafrodita, y puede haber una criatura transexual, pero no es tan fácil y tan frívolo como lo que pretende la ley esta trans, lo que propone la ley que sólo con la voluntad y en una edad muy joven, además, puedas ir y decir: “ahora soy una mujer”, o “ahora soy un hombre”. Aparte de las trabas características, me parece muy peligroso, porque, por un lado, se dice que no es una cuestión médica, pero, por otra parte, requiere tratamiento médico. Porque no es una cuestión médica, pero luego vas al hospital que te den hormonas, que te hagan una operación y eso, a mí, me parece bastante horroroso, porque puede ser muy castrador. Muy muy difícil además de revertir, y me parece que debería hacerse con mucho más cuidado y con más conocimiento. Que se ha salido adelante con frivolidad en cierta manera y sin profundizar en las consecuencias que tendrá y, además, el concepto que yo tengo es que la gente somos como somos y no importa si una criatura quiere vestirse de hada, un niño , y de bombera, una niña. Esto no tiene nada de importancia. Esto se debe dejar hacer, claro que sí, pero otra cosa es que esto signifique que es transexual o que debe hormonarse o que la propia criatura y su entorno piensen que es un signo de que es transexual, porque quizás no lo es, quizás es lesbiana o quizás no, o sencillamente le gusta vestirse así. Entonces pienso que hay que tender más a atender lo que somos realmente que a transformarnos en lo que no somos, y entonces, claro, hay un modelo externo que resulta que ahora debes convertirte en una señora con tacones y pestañas y tal, cuando ni las mujeres somos así, que es un estereotipo ficticio, creado, es cultural sólo, y esta cultura no me parece que sea positiva. Más bien debe tenderse a que todos seamos iguales y que no haya tanta distinción. Que no importe, pero lo que está haciendo esta tendencia es resaltar los roles sexuales cuando nuestra idea es que deben diluirse los roles sexuales. Que debemos ser personas y cada uno que haga lo que pueda, que ame como quiera, que se vista como le dé la gana, pero que no machen a nadie. ¡Porque pienso que esto con unos años tendrá unas consecuencias tremendas! De hecho, ya se está viendo con la cuestión de las deportistas, que ya están reclamando a las competiciones femeninas que entran chicas transexuales, pero que tienen estructura masculina, y claro ganan porque tienen una musculatura, y el otro día veía a uno. .. pues, si tú haces  el ADN de esa persona, sale masculino, desde el pelo a las uñas en la punta del pie, y bueno, pues una mujer,  que viva como una mujer, pero que no se opere.

29. ¿Ves diferencia entre género y sexo?

Sí, sí. Pienso que el sexo es biológico y material; de hecho, yo también vengo del marxismo y soy materialista, es un hecho material. Naces con unas características y tu cuerpo es de una u otra manera, y el género es una construcción idealista, ideal, quiero decir, es cultural, es ideológica, pero no es tangible. Es inventada. Lo que puede ser buena, es como las religiones, quiero decir, pero esto no puede dominar el discurso.

30. Si es así, ¿la orientación sexual en cuál debería basarse?

La orientación, claro, yo creo que hay un hecho sexual del que eres y otra cosa es el deseo, que puede ser diverso. Yo puedo ser una mujer, yo misma, yo soy lesbiana. Soy una mujer, tengo las características de una mujer, me gustan las mujeres. Vale, y podría ser, yo que sé, el deseo sexual puede ser variado y también puede ser, que es verdad que hay un sector de gente que es transexual, existe, y hay crios que nacen hermafroditas, que no se sabe si tirará hacia aquí o hacia allá. Que antes lo decidían los médicos, les cortaban, y esto se debe tener con mucho respeto, pero se debe cuidar de una manera, a mí me parece, con profundidad y con mucho estudio, no patatim patatam ! en el cajón de una cosa u otra! El deseo es deseo y puede ser muy variado, la cultura influye y el mundo en el que te mueves, y por ejemplo ahora soy lesbiana, pero al principio no lo era, porque quizás no lo sabía tampoco. En mi época no existían, y ni se te ocurría, y luego, pues, ya al conocer más, pues, vale, ahora yo me he decantado hacia eso, pero pienso que la posibilidad de la bisexualidad y de las relaciones, al fin y al cabo, las relaciones son humanas y los afectos pueden ser fluidos, que a mí me parecería lo normal. Ahora, hay gente que se decanta mucho con un deseo o con otro, bueno, pues esto es respetable. Ahora, que esto tenga que modificar tu corporalidad es lo que yo no veo claro.

31. ¿Cómo crees que se podría introducir el feminismo en los institutos para que fuera efectivo?

Quizás contando historias reales, se pueden explicar ejemplos de cosas que pasaban, porque, claro, todas esas historias que contamos, las píldoras que decía yo ahora, lo pedíamos a los... como estaban prohibidas... a los chicos que estudiaban medicina. Les pedían las píldoras y te las vendían o te las daban, si eran amigos, pero que un mes tomabas una dosis y el otro mes tomaba otra, porque claro, eran marcas diferentes y era como comprar droga, y eso ahora es como absurdo, pero así funcionaba en mi generación.

32. Actualmente, ¿en qué frentes feministas sigues activa?

Bueno, ahora estoy mucho en la política local yo, me estoy introduciendo en el Grupo de mujeres de aquí, que a todas ya las conocía a muchas de mi época. Mercè Ciutat, Carmina, Anna Ariño, todas estas ya eran de mi época  que empezaron. Ahora hay más y más jóvenes. Me he incorporado con las mujeres de aquí y lo que pasa que no he trabajado demasiado, porque, claro, yo vine muy cansada. Me jubilé, voy a Lleida y pensé “descansaré, leeré”. Claro, llegué también en un momento de mucha actividad política y ha sido inevitable, supongo que por tendencia, de engancharme en cosas. Lo que ha sido curioso también es que ahora hemos tenido que reivindicar que se haga el aborto a la Seguridad Social y la sorpresa de que no se hiciera. ¡Que 40 años después las mismas tuviéramos que salir otra vez a decir que el aborto a la seguridad social! Y, bueno, esa cosa de las luchas que hemos empezado. Quiero decir el feminismo ha arrancado, ocurre que es un 30%, y nos queda la igualdad salarial que está muy lejos, la igualdad política o de control de los medios reproductivos, ¡es abismal! Hay mucho trabajo por hacer para llegar a una igualdad real. Bueno, el caso es que todavía hay un montón de mujeres muertas cada año y eso significa que hay un número mucho mayor de mujeres maltratadas, que hay violaciones, que hay un montón de problemas que aún apenas van aflorando, pero que no tenemos la dimensión del desastre que es y, con ello, debe seguir insistiéndose. Estuvimos pidiendo también la casa por mujeres maltratadas aquí en el Ayuntamiento, que lo tienen muy verde ya mí me chocó, porque yo soy amiga del Pueyo y de tal, y de Sandra. La falta de proyecto embarca con algo que es crucial, porque es la de las muertas sobre la mesa cada año, y bueno, «no es un problema principal», «no hay fondos», «no hay proyecto no ha...», y eso que la gente que participó en cambio que eran gente muy joven. Bueno, aparte de que mis colegas hicieron propuestas muy concretas y muy bien estructuradas, mucho. Aún tienes que empujar contra una pared que parece que no se mueve, cuando un problema como éste, si fueran policías o taxistas o bomberos los que muriesen 60 cada año, estarían todos quemando las casas. Y mueren 60 mujeres al año contabilizadas, además, porque en el número se contabilizan las que están con una relación de parentesco emocional con el asesino, si se mata a una mujer en la calle, una prostituta, tal, ésta no cuenta como a muertas de género, y eso no hace... no hace temblar al país. Cuando se hace una estadística, no sale entre los problemas del país, y eso es lo que debe conseguirse.

 

33. Si tuvieras que elegir sólo 3 nombres de feministas leridanas imprescindibles para una historia del feminismo leridano en la transición, ¿cuáles serían?

Pues Mercè Ciutat, Maria Huguet y Anna Ariño, diría yo. Diría yo, porque han estado aquí siempre, muchas marchamos, hicimos nuestra vida y pudimos vivir más tranquilas, y ellas estuvieron aquí siempre con una... aguantando carros y carretas. Yo digo cosas de estas, porque he vivido mucho tiempo en Madrid y hago castellanadas, carros y carretas.

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