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Entrevista a Eugènia Cañueto Vidal

5 agosto 2021

 

1. ¿Dónde naciste?

Aquí Lérida.

2. ¿Cómo era tu entorno familiar, social, etc durante tu infancia y juventud?

Clase trabajadora. Por tanto, todo esto lo que comporta.

3. ¿Este entorno personal promovió o incitó tu posicionamiento feminista?

Es lo que... es lo que te decía antes. Sabía lo que no quería, pero no tenía del todo claro lo que quería. Es decir, a veces tú te das cuenta en tu entorno de que hay cosas que no te gustan. Hay cosas con las que no comulgas pero tampoco sabes exactamente cómo se pueden cambiar. Que no es sólo tu actitud,

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sino que  tiene algo más. No me gustaba según qué cosas y sabía que no las haría o que no quería hacerlas, pero tampoco sabía las formas de cambiarlo. 

4. ¿Tu sexo determinó tus estudios y/o tu carrera profesional? 

Yo diría que sí, en parte. Entonces no se esperaba mucho de la mujer ya la hora de estudiar tampoco te ofrecían muchísimas cosas. O bien eras de una clase social alta en la que los padres decían “tienes que estudiar para ser doctora o lo que fuera”, pero en la clase trabajadora rara vez esto se tenía en la cabeza. Por tanto, si eras una mujer, como mucho podías trabajar de secretaria o de dependienta, nada más. Por tanto, en parte sí. 

5. ¿Cómo te definirías política, social e ideológicamente? 

Todo con una, socialdemócrata. 

6. ¿Cuándo empezaste a interesarte por cuestiones políticas?

Yo diría que con respecto a la pregunta anterior qué es: Yo sabía lo que no me gustaba, pero no sabía cómo canalizar ese disgusto. Éste no gustarte la situación... Como todo, si entras, si eras antes de un movimiento de calle en el sentido de jugar o ir a la iglesia, y hacías no sé qué o había un movimiento cultural. . Todo esto  te canalizaba hacia... a mí me pasó: primero estuve en un movimiento pequeñito dentro del barrio. Después también estuve en la iglesia Santa Maria Magdalena, también en hacer teatro de esos que hacíamos cuando éramos jovencitos. Y después a través de amigos entré dentro del mundo de lo que era la organización de partidos y, por tanto, del movimiento político.

7. ¿A la hora de elegir ideología política tuviste en cuenta la consideración que ésta tenía de la mujer? 

No... dudo... ahora también es hablar por hablar, dudo que, teniendo en cuenta la sociedad que antes éramos, no la podemos meter en respeto a la que tenemos ahora. Dudo que los partidos, aunque pudiéramos, tener un punto que dijera: “la organización de la mujer papapapapapa...”, todas las mujeres que estuvimos organizadas pudiéramos entrar, entre comillas, por este punto. Y yo creo que era todo en global. Incluso añadiría que puede ser más el cambio de sociedad que entrar sólo por la cuestión feminista. 

 

8. ¿Qué era más importante para ti, la lucha política o la lucha feminista? 

No distingo. No hago distinción. porque la sociedad es política. Por tanto todo es política. Lo único que puedes estar políticamente trabajando hacia un lado o hacia otro. Pero no veo la distinción 

9. ¿Qué recuerdas eran las reivindicaciones más importantes de aquella época? 

Una de las cosas que yo tengo en la cabeza porque, además, me moví bastante por ahí... era la cuestión del aborto, la cuestión del divorcio. La cuestión de la diferencia salarial se tocaba pero se tocaba más dentro del sindicato. Por tanto, nosotros, una de las nuestras... pienso que, los puntos más... más fuertes para nosotros, sobre todo, eran el aborto y el divorcio. Todo esto, no me acuerdo muy bien, pero por ahí iban las cosas. Seguro que hay más cosas que, si me metiera a hablar con las compañeras, diría yo, si esto... y lo otro... Pero yo pienso que una de las cosas más importantes eran estas dos. No sé si hay más, es que no me acuerdo. 

10. ¿Crees que los partidos de izquierda también eran machistas? 

La sociedad era machista. Todos culturalmente lo somos, lo éramos. Otra cosa, seguimos siéndolo. El partido no está más que hecho por hombres y mujeres y éstas estábamos en una sociedad determinada, estábamos en una sociedad que al menos por nuestra parte estaba, entre comillas, acabándose... el franquismo. Era el franquismo entre comillas menos duro. No digo que no fuera duro, menos duro, pero indiscutiblemente era, es todavía una sociedad machista. 

11. ¿Cuál era el papel y la importancia de las mujeres en estas organizaciones políticas (principal-decisorio o secundario)? 

Poquito. No digo que no hubiera, que seguro que estaban allí. Eran unas mujeres las que estaban al mando, por ejemplo, cuando se montó la Associació Catalana de la dona. Estaba Anna Mercader. Dentro del mundo sindical había poca mujer, pero también había mujeres, eran mujeres muy fuertes y muy, muy duras, pero en general muy poquitas. Había mujeres que sí estaban en los puestos de mando. Pero eran pocas y el resto, no. En general había pocas mujeres. Éstas sí eran mujeres muy fuertes con mucha personalidad, pero eso, pocas. 

12. ¿Le tenían en cuenta a la hora de tomar decisiones o se sentía en una posición de inferioridad?

A ver, yo nunca he estado en un puesto de mando dentro de la organización y no se discutía eso. Quizás alguna mujer podría decir esto no me acaba de... o eso no me parece que..., pero no. Al menos en Lleida que era una pequeña organización. Yo no sé si a nivel de Cataluña o el resto de España supongo que sí habría discusiones, pero al menos no bajaban las discusiones abajo. No, no sé, la verdad, no quisiera...

14. Si reivindicaba una mejor posición, ¿erais escuchadas?

Supongo que sí. Por dos razones: una por necesidad y otra porque como todos intentábamos no ser, deja de ser machistas culturalmente. Pues quizás sí que existía la necesidad de, bueno, escucharnos, porque es la única manera también de aprender, de empezar a discutir, de empezar a ver. Supongo que sí. 

15. ¿En qué momento de tu vida conociste el feminismo y cuándo decidiste hacerte feminista?

Dentro de este movimiento que te llamaba juvenil de organización cultural y de un intento de cambiar cosas aunque sólo fuera el comienzo, a nivel de Lleida. Entonces no recuerdo... podrían ser en los años setenta, al principio del movimiento, porque yo entré antes a lo que se llamaría el Partido del Trabajo; pero antes, en su organización juvenil, y no se hablaba de eso. Y no sé si soy feminista. Me parece que es un título muy amplio, muy fuerte, con mucha profundidad. No sé si quiero apropiarme de un título tan honorable. Me siento una mujer. Soy una mujer que reivindica, soy una mujer que lucha a mi alcance. No estoy organizada ahora, no tengo ninguna asociación. Que piensa, que lee, que escucha. No sé si esto es ser feminista. Yo no me considero eso, con el título de feminista. 

16. ¿Has sufrido discriminaciones por el hecho de ser mujer en el ámbito profesional? 17. ¿Y en el ámbito personal-social ciudadano? 

No. He tenido la suerte de trabajar primero como secretaria que era lo que antes tocaba a las mujeres y no, en absoluto. Y después fui trabajando también muchos años en la universidad y, por tanto, tampoco, porque era “igual trabajo, salario igual”. Por tanto, no ha sido algo..., ha estado fuera. Indiscutiblemente si vives en una sociedad machista, que la hemos tenido y la seguimos teniendo, no se nota tan fuertemente como antes pero existe y sino pues es la que vemos cada día, sí que has tenido que meterte fuerte y aceptar, aceptar ...porque no tenías otra. Una frase, un gesto. Eso sí, indiscutiblemente forma parte de vivir. Sí. Yo pienso, que dudo, que alguna niña no se haya encontrado con una frase, con un gesto, con una actitud del sexo masculino. Y sí, ¿no? Está claro.

 

18. Sí es así, ¿crees que las cosas han cambiado y han ido a mejor o todavía hay mucha discriminación laboral, familiar, social? ¿Cómo ves la situación actual? 

Ha cambiado mucho para bien. ¿Qué falta? Muchísimo más, esto está claro. Si nosotros cuando discutíamos las necesidades de una ley de aborto y una ley de divorcio. Bien, ahora mismo la Ley trans, ¿no? Qué dices esto... antes piensa que los homosexuales estaban dentro de las leyes de vagos y maleantes. Claro, todo esto ha cambiado muchísimo. ¿Qué falta? Sí, se ha hecho mucho, todo falta. No es que la sociedad tenga leyes que hay que respetar sino que la sociedad debería tener inducida toda una serie de... no sabría decir la palabra, toda una manera de ser y de hacer dentro de la sociedad para que estas leyes no tuvieran que existir . Pero bueno. Aún así, hemos cambiado muchísimas cosas pero muchísimas. 

19. Algunas activistas leridanas son consideradas en diversas investigaciones como referentes feministas esenciales durante la transición democrática. ¿Crees que ha recibido el reconocimiento que merece por parte de las instituciones? 

¿La verdad es que no sé, cuando he leído la pregunta me la he quedado mirando y digo “lo de activistas”? Me ha hecho gracia. ¿Que somos unos referentes? Uff, ¡qué responsabilidad! ¿Si merecemos un reconocimiento? Pues, que no lo sé, porque cuando uno hace algo que piensa que es justo, dudo que piense que merece un reconocimiento. Pero bueno, dicho así... Yo no necesito ningún reconocimiento. Por ejemplo, te agradezco la entrevista, te agradezco que me escuches, pero no lo sé. Ahora, ¿que me digan si es bueno que tú hagas un trabajo al respecto? Sí, ¿que Mercè y Maria intenten hacer una historia del movimiento de las feministas en Lleida? También. Para que haya constancia, para que se tenga en cuenta que hubo un puñado guapo, no sólo de mujeres, pero en general, de mujeres y hombres que querían cambiar la sociedad. Si la sociedad nos debe un reconocimiento, yo creo que no. A ver no quiero, es una manera de hablar, no quiero una medallita por haber hecho... No, el reconocimiento es el tuyo, por ejemplo, porque piensas que vale la pena dejar constancia de un tiempo en nuestra ciudad, cuando la gente se mueve para cambiar las cosas. Solo es esto. Yo personalmente, no. 

20. ¿Y el reconocimiento de la sociedad? 

Lo mismo. No sé, no creo. Mira, si leen tu trabajo, el de María y el de Mercè cuando lo hagan, el trabajo que hizo tu madre en ese momento respecto a un apartado... Esto es el reconocimiento que leen y leer les hacía cambiar de parecer. Si tienen una idea diferente o como mínimo reflexionar y después actuar, esto es lo más importante, el reconocer no va a ningún puesto. 

21. ¿Crees que la gente sabe lo que hizo y lo que significó? 

No, sin embargo, bueno... sería un poco volver a lo de antes. Si existe un escrito y la gente lo lee, ya está. El escribir es para que la gente tenga constancia y lo tenga como herramienta para trabajar lo que, a ver... ahora te cuento algo, no sé si vale la pena hacerlo. Es cuando he dicho antes lo del aborto. Es algo que me impactó mucho y me gustó. Y era lo que tú dices ahora del reconocimiento. Mira, yo no sé si otro... pero dentro de la Asociación, no sé si había más personas, porque... pero bueno, yo, durante un tiempo estuve encargada de llevar para que se hicieran las analíticas si las mujeres estaban embarazadas, porque, si estaban, las ayudábamos a ir a abortar aquí y allá o donde estuviera; podíamos salir a Francia, podíamos salir... Y yo hacía de acompañante. Bien, yo era la encargada de llevarlo a la farmacia. Claro, te cogían el nombre, la dirección, y yo, en la medida en que yo le daba porque lo llevaba yo... pues, yo no lo sé. Durante una semana llevaba dos, claro. Aquella señora ya me miraba como diciendo: “niña, ¿qué haces?”, pero nunca me dijo nada. Por tanto, digamos ayudaba un poco sin saberlo o sin preguntar. Y la gente me traía la muestra a casa. Yo la llevaba y, después de dos o tres días, volvíamos con esto “te ha salido bien o no. ¿Qué quieres hacer?”. Una de estas niñas venía con su hermana. Y tiempo después, muchos años después, me encontré con esta chica que acompañaba a su hermana que  tenía un problema y me dijo... dice: “¿Tú no sabes quién soy? fulanita de tal, y yo, la verdad es que no... porque no guardábamos nombres, porque era imposible, no podíamos hacerlo. Y digo no, pues no me acuerdo yo, y dice: “Sí, mira, vi con mi hermana”. Y digo: “¡Ostras sí! es verdad” Papapapa... me dice que: “le dije a mi hermana: ¡cuando sea mayor quiero ser como esta mujer!”. Esto es el reconocimiento, es: tú haces una acción y si produce una reacción en alguna persona que... ya está, porque la hace pensar. Supongo que en parte también la haces leer para tener más conocimiento y después la haces actuar como mujer en su parte de sociedad. Esto, eso. 

22. ¿Estaría interesante que se estudiara en los institutos el papel de las feministas durante la transición en Lleida? 

Sí, pero no sólo en los institutos, en las escuelas también, porque el feminismo es como el olor, desde que naces olfates. Si esto no lo ves en casa, si no vas, si no lo ves pues en los barrios jugando, en tu familia, en tu escuela. Indiscutiblemente, en algún momento te llegará, pero si lo vas oliendo desde casa y va subiendo, es lo mejor. Sí, pero también si en las escuelas, porque -quieras o no- de pequeños somos muy esponjas y la necesidad de empezar a ver y escuchar que esto no se hace, esto no es bueno... Y la explicación, todo esto es lo mejor que podamos hacer, por tanto, indiscutiblemente sí! O sea, que tienes que hacer un buen trabajo para que después puedas exponerlo a otros.

23. ¿Estarías dispuesta con otras compañeras a explicar su experiencia al colectivo adolescente? 

En principio sí, pero te diría lo que no me gustaría que se hiciera: como una muestra de contar batallitas. Por tanto, si dentro del profesorado tenemos gente preparada, profesores y profesoras, que se preparen para... no sé si sería dar una clase de feminismo o una clase como se hacen de la sexualidad. Algo de estas, mejor, es por dos razones; porque los tienen en clase, porque ven cómo es, cómo trabajan, y después que lo tendrían como una asignatura más. Si en estas clases, dice “vendrá Mercè Ciutat, por ejemplo, o Maria Huguet, o Carmen González”, mujeres que todo el mundo en Lleida las conoce... dices: “bueno, sí, para dar una pincelada de las cuatro cosas que pudieron hacer”, pero contar batallitas no. Por contar batallitas no, porque son como “batallitas del abuelo”, y eso no es... bueno. 

24. ¿Qué puede aportar las feministas de su generación al feminismo actual? 

Quizás la reflexión histórica, nada más. Yo no... pienso... Los tiempos han cambiado y quizá mi forma de pensar  de antes tiene muy poquita cosa que ver con los que ahora están llevando el movimiento porque hay cosas que yo reivindicaba que ahora está, ya estamos hablando del aborto, del divorcio. Pero bueno, no creo que pueda aportar mucha cosa. Escucharlas. 

25. ¿Crees que el movimiento feminista actual ha cambiado el rumbo?

No, no es que cambiara el rumbo. Es un poco lo que decíamos antes, si hay cosas que están mínimamente superadas deben continuar y, tal vez, ¡yo qué sé! Indiscutiblemente también habrá diferentes interpretaciones, pero la brecha salarial existe. El problema de violencia machista existe. Todo esto existe, por tanto la base  entre comillas o una parte o una gran parte de la base continúa existiendo y por tanto esté que seguir trabajando.  Después, las discusiones feministas de, por así decirlo, de las universitarias americanas... eso ya es otra cosa. Pero una base con la que todo el mundo debe...

26. ¿Lo ves positivo o negativo? 

Siempre positivo. 

27. ¿Crees que existe un factor de moda o de verdad la gente tiene muchas convicciones feministas e igualitarias? 

No lo sé si es un factor de moda, pero diría que, por ejemplo, el Partido Socialista, que llevamos muchos años en la lucha y que tiene un cuadro enorme de feministas dentro, han... espera, que esto se entienda bien , han necesitado del movimiento Podemos para conseguir alguna que otra cosa que hasta ahora ellas no habían conseguido y que llevaban muchísimos años luchando, dentro y fuera del partido. Por tanto, no sé, yo diría que... No te sabría decir si el feminismo está de moda pero está más visible, que sería una frase diferente. Y lo que diría... ¿Si la gente tiene muchas más convicciones? Hombre, quizás la mujer sea más consciente. Quizás la mujer es más consciente y en parte los hombres  también. Porque si antes había algo que costaba muchísimo era la incorporación del hombre a casa. No digo que esto sea una batalla ganada, que... ¡en absoluto! Pero sí empieza a haber una actitud del hombre más responsable dentro del hogar y, por tanto, no es una moda. Pequeñas convicciones. 

28. ¿Qué opinas sobre la nueva Ley trans? 

Pues que es un enorme paso. Bienvenida, ya está. Es lo que te decía antes, si nosotros estábamos para conseguir una ley de aborto o una ley de divorcio, y ha sido, y no... no ha sido toda la que queríamos, pero ha sido y dices, bueno, bua! , bueno! quizá no sea la ley que queríamos, pero un paso enorme sí. 

29. ¿Ves diferencia entre género y sexo?

Sí está. Yo antes lo estaba perfeccionando y, por diferencia, es la orientación sexual que es quien te atrae sexualmente, y el otro es el que eres tú, si eres una mujer, si eres un hombre, si eres...

30. Si es así, ¿la orientación sexual en cuál debería basarse? 

Sí, sí, es una cuestión de sexo. 

31. ¿Cómo crees que se podría introducir el feminismo en los institutos para que fuera efectivo?

Mira, podría ser una materia, el feminismo en las aulas, pero antes tiene que estar en la escuela, en casa, tiene que estar a flor de piel, paseando por la calle, porque si no, no deja de ser una materia más y es verdad que puedes despertar en el grupito de chicas con un grupito relleno o no de chicos, pero no es sólo en los institutos. Tiene que ser un trabajo de base, y la base está en casa, está en la escuela, está en el instituto, está en la universidad, está en la sociedad. Pero, bueno, el feminismo en las aulas una materia que... no sé, no sé si sería así. 

32. Actualmente, ¿en qué frentes feministas sigues activa? 

Ninguna.

33. Si tuvieras que elegir sólo 3 nombres de feministas leridanas imprescindibles para una historia del feminismo leridano en la transición, ¿cuáles serían? 

Mercè Ciutat, Maria Huguet y Carme Molet. Y perdona, antes no te lo he dicho a Anna Ariño, porque no me acordaba de ella. Una de las cosas que antes teníamos en cuenta porque éramos mujeres organizadas y por tanto dentro de un partido, el partido tenía unas normas y ahora no me acuerdo. Me parece que Maria Huguet  estaba en Esquerra Republicana o era de Esquerra Republicana, más o menos. Mercè Ciutat estaba conmigo,  estaba del Partido del Trabajo. Anna Ariño estaba en el PC o en Comisiones Obreras. Claro, éramos mujeres muy diferentes y al entrar, de estar dentro del Partido Feminista, se está desorganizada. No sólo ibas como una mujer con unas ganas de cambiar la sociedad desde el punto de vista feminista, sino también llevabas en la mano toda una serie de ideas y de formas de trabajar y, sobre todo, de puntos a conquistar dentro del organización por parte de tu organización. Era así no era cosas que sólo pensábamos nosotros por nosotros mismas. Era también lo que quería el partido. Y esto ahora ya no lo vemos tanto. Pero antes los partidos tenían mucha fuerza, entre comillas, entre la gente que estaba en el partido. Tú no te podías estar en contra o se marchabas o te quedabas. Pero, si te quedabas, estaba con todas, no podías cambiar. Podías discutir, pero tampoco tanto, el partido dice y el dice. Y además funcionaba mucho, al menos yo no sé el resto, funcionaba mucho, como dice Serrat en una frase “con tres frases hechas”, íbamos con frases hechas y teníamos... porque teníamos poco tiempo de discusión y muy poco tiempo para leer porque lo que teníamos que hacer, entre comillas, era la revolución, era cambiar las cosas y, por eso, cuando me decías tú antes, te sientes, es que es esto es muy fuerte. No sé si soy feminista. Feminismo bien es una palabra muy grande y yo no me siento. Y si la sociedad tiene que reconocerme. No sé. Pero es lo que dices, la palabra feminismo es muy ancha, es muy grande e incluye muchas cosas, y yo no puedo decir: yo soy feminista. Soplo! Le tengo tanto respeto que me encuentro pequeña ante esta palabra. Por tanto hice lo que pude.

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